Después de la Profesión Perpetua la formación no se detiene. Para responder afectiva y efectivamente a la misión necesitamos seguir apostando por un crecimiento personal, espiritual y profesional. Además de formación específica, se trata de estar atentas para vivir las experiencias cotidianas, como momentos de aprendizaje y profundización que nos llevan a lo que Dios quiere de cada una para servirle más y mejor en este mundo. A esto se le llama Formación Permanente y es nuestra respuesta de amor a tanto bien recibido.
Es la última etapa de la Formación Inicial antes del Sí definitivo a Dios. Es un tiempo de renovación y profundización en la vida espiritual, el carisma y la misión del Instituto que precede a la Profesión Perpetua. Su fin es que la Hermana reafirme plena y libremente la entrega de toda su persona a Jesucristo confrontando su vida con la realidad de la Congregación, la del mundo y las exigencias de nuestra misión en la Iglesia.
Se caracteriza por una convivencia comunitaria más universal y la experiencia del mes de Ejercicios de San Ignacio que será un nuevo encuentro con Cristo y con su misterio. La contemplación de tanto bien recibido la confirmará en su resolución de entregarle a Él todas las cosas y a sí misma con ellas, pidiéndole en cambio solamente su amor y su gracia.
Esta es una etapa importante en la vida de la Hermana que quiere consagrarse al Señor como Esclava del S. C. de Jesús pues comparte la vida y misión del Instituto en una comunidad con una misión apostólica concreta. En ella, tiene la oportunidad de confirmar su vocación conjugando vida comunitaria, vida apostólica y vida de oración, con alegría y entrega.
Durante este tiempo, se renuevan los Votos Temporales cada tres años.
A lo largo de esta etapa, que tiene una duración de tres años, la formación va encaminada a consolidar el crecimiento integral iniciado en el Noviciado, y a completar la formación con estudios académicos avanzados y trabajo apostólico necesarios para participar plenamente en la vida y misión del Instituto. En esta etapa, y las anteriores, la Hermana vive en una comunidad formadora.
Al finalizar los tres años, se renuevan los Votos Temporales por otros tres años más y la Hermana es destinada a otra comunidad para seguir su proceso de formación.
Es un tiempo de la Formación Inicial especialmente espiritual. Tiene como fin que la persona vaya conformando sus criterios con los valores del Evangelio, profundice en el amor a Cristo y crezca en el deseo de consagrarse a Él en el Instituto para compartir su vida y misión. Así mismo, se profundiza en el Carisma y Espiritualidad congregacional, para comprobar la autenticidad de la vocación y para adquirir la identidad de Esclava del S.C. de Jesús.
Esta etapa culmina con la Profesión de Votos Temporales por tres años.
La primera etapa de la Formación Inicial es el Postulantado. Es un tiempo de conocimiento y experiencia de vida comunitaria pues participa de la comunidad compartiendo la vida y la misión. Así se conoce vivencialmente al Instituto y se adquiere una mayor conciencia de la vocación que Dios sueña para la persona. Por eso el acompañamiento espiritual es importante.
